Lo increíble del mundo gamer es que hay centenares de personas que aman tergiversar guiones y dar su propio toque creativo. Y en el caso de Pokemón, han lanzado una versión dedicada a España en su totalidad, pero no mucha gente está feliz al respecto. ¿La razón? Se han incluido diálogos y personajes de la cultura española que están ofendiendo a muchos por el territorio
¿De qué va Pokemón Iberia?
El juego se ve y se desarrolla como cualquier otro juego de Pokemón, la diferencia es que en lugar de recorrer los míticos pueblos Paleta y Lavanda, sino Madrid, Albacete, Ibiza, Valencia y Barcelona.
En el juego también estarás en la búsqueda de Pokemones, solo que en vez de enfrentarte a NPCs estándar o al ya conocido Equipo Rocket, te toparás con personajes muy conocidos de la cultura española como Rajoy, Carles Puigdemont, Artur Mas, e incluso Andrés Iniesta.
La intención de todo el juego es retratar de forma satírica a la cultura española, cuestión que evidentemente ha generado reacciones negativas en muchos jugadores.
Han llovido acusaciones de machismo, homofobia y partidismo, pues dentro de los diálogos entre personajes encontrarás alusiones a partidos políticos con cambios mínimos de nombre, por ejemplo: El Equipo Pablemos, el Equipo Naranjito, y demás.
Aunado a esto, uno de los equipos a los que tendrás que enfrentarte en una misión para continuar jugando y obtener una medalla es nada más y nada menos que La Manada, que en el juego se hace llamar “Pandilla de San Fermín”.
Ante estas críticas, el autor del juego, Eric Lostie en twitter, ha declarado que no tiene nada de qué arrepentirse y que la intención del juego era la diversión, no la polémica. También ha declarado que no es ultra derechista y que no piensa retirar el juego.
A pesar de su firme convicción de no retirarlo, sí ha hecho un par de cambios. Por ejemplo, en su primera versión, a la hora de escoger el personaje, podías escoger un género no binario, y al hacerlo en lugar de presentarte como una persona, eras un helicóptero.
Esta cuestión evidentemente resultó muy ofensiva para el colectivo LGBTI, por lo que hizo el cambio de selección de género a “chico”, “chica” o “chiques”, haciendo un guiño al lenguaje inclusivo.